viernes, 15 de febrero de 2008

¡Asciende, alma mía! (1,948 Marchena)


¡Asciende, alma mía!
asciende más y más;
no estorbe yo tus grandes
deseos de volar.

Conmigo te detienes
en esta pobre vida
suspirando por verte
muy pronto de partida.

Ya quisiera llegar
al cielo deseado,
vivir sólo de amor
gozando del Amado.

¡Mi pobre compañera!
¡Mi dulce amiga!
que sufres prisionera
las penas de mi vida...

No te detengas más,
no aflojes tu cuidado
en quitar las amarras
de mis muchos pecados.

Sal de la triste cárcel
a los campos floridos,
mira las altas cumbres
cerca de tu destino.

¡Aprisa, alma mía!
corre por los caminos
que yo apartaré
tus muchos enemigos:

Tibiezas, desalientos,
desatinos, miserias...
que no quiero que
manchen tus vestidos.

Quiero que subas pura
al cielo deseado;
quiero verte volar
en busca del Amado.

Mi dulce compañera,
mi hermosa y buena amiga,
si yo estorbo tu vuelo
sal de esta pobre vida.

Mira cómo trabajo,
mira cómo ya muero
a todo lo que impida
tu entrada a los cielos:

Veredas pedregosas,
montes embrutecidos,
espinos, soledades
de paisajes dormidos,

no espantar a mi amada
que anhelante camina;
no estorbar su ascender
a la gloria divina.

En medio de tinieblas,
vuela, vuela, alma mía:
La luz de las estrellas
te servirán de guía.

En las noches oscuras
no te duermas cansada,
escucha las canciones
de la pronta alborada.

Levanta tu mirada,
camina presurosa;
pisando las espinas
te nacerán mil rosas.

No llores temerosa
si el viento enfurecido
arranca los arbustos
y piedras del camino.

Al llegar hasta ti
y rozar tu pureza
prestarás a su vuelo
más santa fortaleza.

Vuela, vuela ligera,
no te detengas más
¡Más arriba, más alto
te quiero ver llegar!

¡Asciende, alma mía!
Hoy día de la Ascensión,
asciende hasta los cielos
en brazos de tu Amor!.

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