jueves, 7 de febrero de 2008

Florita (1.957, Marchena)



Florita, la gatita lanuda de Toti, es ya una adolescente. Empieza a despertar a la vida mirándolo todo con sus ojos felinos asombrados.
Es bonita, muy bonita. Su lanita maltesa, es suave, larga y alborotada. Muy clara de color por su barriguita gordezuela y blanda y por su rabito acaracolado y decorativo.
De expresión traviesa y simpática en su pequeña carita y mirada viva en sus grandes y rasgados ojos.
Es bonita, bonita, traviesa y a veces mansa y suave con sus manitas de algodón. Te acaricia con ella, sus uñitas escondidas entre el pelo lanudo y entona dulcemente su morronguita.
Cuando juega, alza airosa su rabo y salta veloz entre las plantas del jardín. Se tiende boca arriba sobre la tierra y entonces ¡ah! si me acerco a ella me clava sin piedad sus uñas afiladas en la piel de mi mano que queda cautiva entre las suyas en un abrazo.
Florita es así; mimosa, juguetona, traicionera.
En esta primavera, siente su adolescencia y empieza a saborear los encantos de la vida.
Le atrae el vuelo de los pájaros en el atardecer de mi jardín. Sentadita sobre sus patas traseras se queda absorta mirándolos. Su pequeña carita levantada y una expresión traviesa y juguetona en sus rasgados ojos. Otras veces se le ve saltar y mover rápidamente su mirada, siguiendo entusiasmada el vuelo de una mosca.
Ahora se va horas y horas al gallinero de pollitos y mira sentadita y seria sus carreras voladoras. De pronto su espíritu travieso e inquieto le hace ponerse en pie y saltar a trotecitos cortos tras ellos, que huyen piando asustados.
Me enfado con ella, le riño, pero Florita es terca y confiada y vuelve a repetir su juego peligroso. Ella me mira diciéndome :"no temas, yo sólo quiero jugar con ellos. ¿Ves como no le hago daño?"; y suavemente coloca su manaza lanuda sobre un pobre pollito que quedó acorralado en un rincón.
La miro severa y temerosa, pero Florita con su expresión ingenua retira su manita, alza su rabo y trota de nuevo a pasitos cortos entre el vuelo alborotado de los pollitos.
Las esparragueras, las verdes cintas llegan con sus lacias hojas hasta el suelo. Es que Florita despierta a la vida. Su pancita lanuda descansa blandamente sobre la planta tierna y la tierra mojada. Le gusta ese frescor y también el juego de sus hojas enlazadas entre sus patitas y el sabor de su jugo entre sus dientecillos.
Cuando me ve, corre tras las columnas del patio y huye ligera hacia el jardín. Hay rosas, alhelíes, clavellinas. Florita aspira con su negro hociquito la fragancia de la primavera. Mira inquieta y palpitante hacia lo alto y sube veloz por el recio tronco del ciruelo. De sus verdes ramas levantan su vuelo una bandada de pájaros que se cobijan en las ramas altas de la palmera.
Florita queda suspensa en lo alto. Desde allí, las viejas ramas del níspero están más cerca y puede asperear mas ampliamente el olor de sus maduros frutos. Florita goza de todo. Es primavera.
Ahora descansa sobre un cojín y duerme estirazada. Le acaricio su garganta de pelos lanudos, largos y suaves. Su pancita gordezuela y blanda, sus manitass aterciopeladas que descansan confiadas una sobre otras, se estiraza más queda boca arriba y se arruya con su morronguita.
La miro y la llamo '¿Florita?'- Florita abre sus ojos y emite mimosa su peculiar sonido. Un sonido que no es palabra, ni voz, ni maullido. Florita sólo habla así. Y así se entiende con los pájaros, las aves, las moscas, las plantas, las flores y también conmigo. Florita es así.

No hay comentarios: