jueves, 3 de enero de 2008

Adviento (1.993, Sevilla)



Tu mañana, es blanca y gris.
Tu ambiente, brisa suave de la Navidad cercana.
Tu silencio, es un anhelo que nos incita a vivir.
Tu quietud, paz y armonía que tu cielo nos regala.

Quiero caminar así.
En la esperanza constante que del Amor se derrama;
descansando en la verdad de que morir es vivir;
de que siempre es Navidad para el alma que a Dios ama.

Blanca y bella tu mañana,
íntima felicidad, alegría inmaculada.
Vida, eternidad y en tu adviento renovada.
El Amor se hace presente ¡Navidad que nunca acaba!

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