viernes, 25 de enero de 2008

La casa (1.988, Marchena)


Estaba la casa
sumida en ensueño,
tranquila esperaba
llegase su dueño.

¡Oh casa querida
llena de recuerdos!
¡Oh casa añorada
ya no soy tu dueño!

Muy cerca y lejana
te vivo y te siento,
tus claras mañanas,
tu dulce contento.

El leve gorjeo
en la madrugada,
de los pajarillos
que se esperezaban.

¡Ay! que sensaciones
mi alma sentía
al llegar la tarde
con sus melodías.

El jardín sombrío,
las plantas gigantes,
su cielo en la noche
lleno de diamantes.

Silencio sonoro
lleno de armonía
llenaban mi alma
de melancolía.

La vida sencilla
entre risa y llanto,
la paz hogareña
con quién amé tanto.

No pierdas tu encanto
que tanto me dabas,
sólo en tu silencio
mi alma cantaba.

¡Mi casa querida!
¡Mi vida, mi sueño,
mi amor, mis amores,
¡ya no soy tu dueño!

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